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domingo, 17 de enero de 2010

La juventud eterna no existe



(Compártela, te sentiras mejor)

Muchos de nosotros añoramos nuestra niñez, desearíamos poder ser nuevamente niños, el poder equivocarnos y recibir una simple reprimenda, que nuestras preocupaciones sean sólo los estudios, o si el chico de al lado te miró, qué ropa lucirás, vivir despreocupadamente, sólo queriendo divertirnos, viendo el mundo con el alma y no con los ojos críticos del adulto.

Quizás la solución es para aliviar nuestra carga es aprender de ellos a gozar la vida, a vivirla, a dejar de pensar en el futuro, y volver a lo natural de la vida.

Ser adulto nos es tarea fácil y claro que deseamos ser jóvenes o niños eternamente, sólo que no puede ser, hay que aprender a ser adultos y tomar nuestras propias decisiones.

Muchas veces deseamos retroceder el tiempo y no tener tanto sufrimiento y responsabilidad en lo cotidiano. No es fácil ser adultos, pero debemos dejar pasar nuestra niñez, nuestra juventud y aprender a ser grandes madres, esposas y soporte de nuestras familias.

Dejar pasar la juventud es parte de nuestro crecimiento, es parte de la vida misma, debemos aprender a sobrevivir entre las tristezas y alegrías, nada es para siempre.

No debemos tener miedo a la edad, son etapas diferentes y cada una de ellas viviremos situaciones diferentes.

Cuando el amor de adulto nos llegue a nuestra vida para habitar nuestro corazón deberemos aprender a llevar nuestros años con dignidad. No tener miedo a la vejez, son años dorados que nos traerá una paz muy bella, en paz con la vida, con Dios y con los que confiaron en nosotros.

En la juventud, sin duda, vivimos los mejores años de nuestras vidas, donde se tejerán o se tejieron los mejores sueños, sólo que como todo en la vida, los años pasan y debemos aprender a enfrentar nuestra vida de adultos.

La vida no es comprada, sólo prestada, de nosotros depende como vivirla.

Mientras el corazón sea joven, lo seguiremos siendo, la vejez entra cuando dejas de luchar, cuando ya no tienes la capacidad de amar, de sonreir. Saber envejecer es la obra maestra de la vida, y una de las cosas más difíciles en el dificilísimo arte de la vida.

Editado y publicado también en Toda Mujer es Bella.


que bello relato de la vida, aunque muchas veces los hombres no queremos aceptar esta realidad, seria bueno que tomaramos encuenta nuestra vivencia natural y no plastica.

saludos desde el verano argentino

2 comentarios:

  1. No añoro mi niñez, ni la adolescencia ni la juventud, añoro el tiempo en que vague libre por los paramos de la vida, haciendo lo que me vino en gana sin someterme a ninguna norma,regla o mandato divino.
    Que tengas buena semana Milthon

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  2. Bonito relato...pero como dices, son muchas las veces en las que decidimos huir de la realidad, tal vez porque nos asusta, o porque no nos aporta lo que de verdad alimenta a nuestra alma, en cualquiera de los casos, es bueno tener los pies en el suelo y aceptar esa realidad, pero no viene mal desplegar de vez en cuando las alas, es entonces, cuando ni la edad ni el tiempo importan....
    Un placer pasear por tu blog...un beso

    Ginebra

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