Plasmaré en mis pensamientos,
los instantes compartidos,
y seguiré a través del tiempo,
recordando estos momentos.
La sonrisa contagiosa,
el comentario divertido,
aquel mensaje bullicioso,
dirigido a los amigos.

...no sentimos el cansancio,
ni el desvelo cotidiano,
nos ayudas dulcemente,
a borrar los pesimismos.
Como un ángel protector,
nos cobijas bajo tus alas,
y eres nuestra compañía,
sin las poses de los egoísmos.
...te regocijas de nuestra dicha,
nos otorgas tu beneplácito,
te tomas tu tiempo y nos entregas,
un detalle inolvidable.

...Compartes pacientemente,
tus comentarios alegres,
logrando que en nuestro room
se te recuerde gratamente...
....por tantos momentos lindos,
y también por tu bondad,
te llevo siempre conmigo,
como un tesoro invaluable.
anonimo

Al leer tu entrada me ha hecho pensar en que cuando de verdad se reconoce a los amigos es en las dificultades y lo estoy experimentando en estos días en los que estoy pasando con mi marido en el hospital, los auténticos son los que se acuerdan y están ahi para ofrecer su apoyo y ayuda......el resto ya no son amigos. Saludos
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