Porque la gente escribe?
Muchas veces uno se va preguntando, por las calles o en un simple café, el porque tantas letras en las revistas, folletos, diarios, propaganda, etc..
para que nos hacen hacer tanto esfuerzo y al fin y al cabo nos hacen ser inútiles de nuestro propio pensamiento... sin razón a decir, sin razón a realizar un planteamiento...


"La creación de las letras se vio precedida por la escritura semítica occidental, que apareció en Canán hacia el año 1000 a. C. Se estima que hay antecedentes en la escritura proto-canita, que se remonta hacia el 1800 a. C. En última instancia, todos los alfabetos tienen sus orígenes en este sistema. La letra "f" del alfabeto griego fue creada próximo al año 300 a. C".


Soñabas con una bonita ilusión,
Y despertaste sin razón.
Soñabas con una bonita demostración
Y te marchaste sin motivación.
Entre los valles de los agujeros del corazón,
Te fuiste sin decir perdón ni adiós…
Cuantos libros se han llevado,
Y cuanto vacío han sembrado.
Cuantos cigarrillos se han quemado,
Y cuanto humo se ha desplegado.
Entre los valles de los agujeros del corazón,
Te fuiste sin decir perdón ni adiós…

Grité por la puerta trasera, solo el silencio me presenciaba a un costado de las tinieblas de un sagrado campo verde. – ¿Sentiste alguna vez? – Me dijo una voz pequeña y suave. Yo le contesté qué no; ¿Por qué habría de sentir?, ¿Qué es sentir?.
Es que ella seguirá esperando con su mirada tierna y malditamente angelical, rosando entre los arbustos de la ternura y la compasión. A pesar de su eterna exoneración, yo cada vez me voy mancillándome más en el dolor frustrante de una sangrienta depresión.
Sobre la noche el viento comenzó a desteñir el cielo, entre los archipiélagos de nubes y sus musas cantantes; artistas de las tormentas y los horizontes. Por la octava hora de la noche
Una brisa hemorrágica me susurró a los oídos, me contó con sus palabras contaminantes y tóxicas la cruda realidad, que yo al menos en el melancólico y filosófico cielo de Neptuno jamás oí.
Es que ella seguirá esperando con su mirada tierna y malditamente angelical, rosando entre los arbustos de la ternura y la compasión. A pesar de su eterna exoneración, yo cada vez me voy mancillándome más en el dolor frustrante de una sangrienta depresión.
Sobre la noche el viento comenzó a desteñir el cielo, entre los archipiélagos de nubes y sus musas cantantes; artistas de las tormentas y los horizontes. Por la octava hora de la noche
Una brisa hemorrágica me susurró a los oídos, me contó con sus palabras contaminantes y tóxicas la cruda realidad, que yo al menos en el melancólico y filosófico cielo de Neptuno jamás oí.