A eso de caer y volver a levantarte.
De fracasar y volver a comenzar.
De seguir un camino y tener que torcerlo.
De encontrar el dolor y tener que afrontarlo.
A eso no le llames adversidad,
Llámale sabiduría.
A eso de sentir la mano de DIOS
Y saberte impotente.
De fijarte una meta y tener que seguir otra.
De huir de una prueba y tener que encararla.
De planear un vuelo y tener que recortarlo.
De aspirar y no poder, de querer y no saber,
De avanzar y no llegar.
A eso no le llames castigo,
Llámale enseñanza.
A eso de pasar días juntos radiantes.
Días felices y días tristes.
Días de soledad y días de compañía.
A eso no le llames rutina,
Llámale experiencia.
A eso de que tus ojos miren
Y tus oídos oigan.
Y tu cerebro funcione y tus manos trabajen.
Y tu alma irradie, y tu sensibilidad sienta.
Y tu corazón ame.
A eso no le llames poder humano,
Llámale milagro divino…
Cada vez que nos levantamos es preciso que vayamos encontrando el sentido de cada segundo de nuestra respiración, cada uno de ellos son milagros que miramos, cada uno de ellos son oportunidades que nos permiten abrir los ojos.
Nuestros ojos nos hacen ven cada milesima de nuestra existencia,
cada uno de ellos nos hace ver cuando valemos y cuando queremos al otro,
eso de caerse y levantarse se llama valentia,
a eso de caerse le llamo virtud.
Hoy le dedico estas lineas a alguien que cuenta mucho mas que el sol y las estrellas del universo entero, en mi pequeño existir, cada uno de ellos son un milagro.
Muchas veces en la vida pensamos y hasta decimos que nos queremos morir. Pero la vida es muy valiosa para desperdiciarla. Todos somos muy importantes.
Piensa que aunque para el mundo no seas nadie, para alguien eres el mundo.
Muchas veces pensamos que otros son perfectos, pero no hay nadie perfecto, todos somos iguales. Sólo hay gente que tiene cosas que tú no tienes, como tú tienes cosas que ellos no tienen.
Muchas veces pensamos que otros son perfectos, pero no hay nadie perfecto, todos somos iguales. Sólo hay gente que tiene cosas que tú no tienes, como tú tienes cosas que ellos no tienen.
«Cuando te sientas mal, cierra tus ojos y descubre la presencia de Dios. Él esta ahí susurrándote
suavemente que nunca te dejará desamparado. Cuando tienes esa experiencia es
cuando podrás decir:
No tengo miedo.
Nadie puede hacerme daño porque Dios me ayuda»
gracias por compartir algo tan valioso...
ResponderEliminarme quedo con esa frase que dices:
aunque para el mundo no seas nadie, para alguien eres el mundo.
Un beso y un enorme placer volver por aquí!!!
Armónico y cierto!
ResponderEliminarUn Besito Marino